miércoles, 8 de julio de 2009

colegialas amateur

Era tanta mi excitación que sin mucho esfuerzo y luego de la calentura de la mañana me vine a borbotones de leche que mi esposa tragó con una pasión diciéndome luego, “¿qué te pasa que hoy amaneciste inquieto?, ¿será que te gusta Liliana?” solo sonreí, bajé a tomar una ducha y me cambié para salir al trabajo. Regresé en la tarde, ellas tomaban el té conversando, saludé a mi esposa con un beso. Y nuevamente la indiferencia de ella, la misma que una vez ya había visto como que nunca pasaron las cosas.

Esa noche salimos al cine, y todo siguió con la misma formalidad. Pero en mí había la decisión de que no volvería a jugar conmigo sería a mi manera no como ella quisiera, así pasaron lentamente cada uno de los días de la semana.

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