miércoles, 8 de julio de 2009

colegialas virgenes

Sujeté su miembro y besé sus testículos, para después abrir la boca e introducirme lentamente aquel falo en toda su extensión. Lo sentí entrar hasta mi garganta, y después me lo saqué. Lamí el glande con fruición, los movimientos de mi lengua fueron los de una experta. Volví a meterme a la boca aquella verga y la chupé como si fuera un delicioso mango.

Una y otra vez lo vi entrar en mi boca. Miré hacia los ojos de Roberto, él me miraba fijamente, sentirme observada me hizo sentir soñada. En eso sentí la descarga de su caliente esperma que inundó toda mi boca. El abundante semen escurrió por las comisuras de mis labios.

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