miércoles, 8 de julio de 2009

colegialas x

Los siguientes días de la semana no hubo más comentarios, así que me fui sintiendo más tranquila y confiada. Pensé que se le había pasado el mal humor a mi cuñadito y poco a poco las cosas parecieron normales.

Sin embargo, el viernes por la noche estaba yo alzando las cosas de la mesa del desayunador, después de que habíamos cenado mi esposo, mi suegra y yo. Ellos habían subido y escuché la puerta. Era mi cuñado, que entró a la casa. Al verme se me acercó y pude percibir su aliento con olor a cerveza.

- No creas que no me doy cuenta. Ya te dije que no te vistas así, tú sabes a lo que te arriesgas amenazó, y me miró con ojos de odio.

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